Segunda tanda de comentarios que habéis dejado en el blog. Ya os aviso que no será la última. Aprovecho para desearos a todos unas felices fiestas.
Sed muy felices
La vida hay que tomarla con una sonrisa. Hay que vivir, no pasar el rato como dice mucha gente. Pero tampoco hay que equivocarse, los surcos que nos va dejando la vida, el dolor de espalda que se va acentuando, es sólo porque hemos vivido intensamente y yo quiero que me duela la espalda muchos años. Ya sabes: el que se levanta de la cama a los cincuenta años y no le duele nada es porque está muerto.
Es cierto que los grandes genios son los niños. Lo que pasa es que los tratamos como si fuesen gilipollas, de manera que en muchos casos terminan siéndolo
Las generaciones se suceden y sólo hay dos momentos en la historia de la humanidad en la que somos protagonistas trascendentales: cuando recibimos legado y cuando lo transmitimos.
Lamentarse, no sirve de nada, cierto... pero tiene un par de cosas positivas: es gratis, alivia y está al alcance de absolutamente todo quisque. (que ya son tres) No obstante, la queja como fin último y disculpa es un error común en los incapaces de hacer auto-crítica Y también los hay "profesionales" de la misma. Estos últimos, son un auténtico "coñazo" (con perdón).
Cada uno debe responsabilizarse de su vida. Puede que las circunstancias nos hayan empujado hacia un camino determinado, pero desde el momento en que somos conscientes de ello, debemos tomar las riendas de nuestra vida e intentar modificar aquello que no nos gusta, aunque no siempre sea fácil.
Cuando cambio la perspectiva y veo algo que yo dije desde la óptica de otra persona me parece nuevo y hasta más bonito.
Viajar y no solo viajar, sino vivir en otros países amplía tus horizontes mentales. Porque al interactuar con gente de otras nacionalidades te das cuenta que al final, no somos tan diferentes los unos de los otros como creemos. No importa que tengamos la piel as oscura del mundo como en Senegal, o los ojos rasgados de los hombres de la estepa siberiana; todos tenemos la misma necesidad de afecto y todos tenemos el mismo miedo a la muerte aunque sean distinto el como elaboramos o gestionamos esos temas.