Una vez al menos por mes Thinking Souls está dedicado a uno de vosotros. Esta semana, con una de las personas más generosas que he conocido en la red a la hora de compartir conocimiento. Para mi, una referencia no sólo por lo que comparte, sino también por la elegancia con la que lo hace, como podéis comprobar en Caminos de Formación un estupendo blog que habla, sobre todo, de personas. Y es que Alberto, para mí, es un humanista del siglo XXI.
Que lo disfrutéis.
De algún modo todos nos acomodamos a ciertas esclavitudes. Y la libertad genera caos.
Se nos escapa el presente de las manos... por los ruidos... y por las palabras de supuesta “verdad".
Colaborar consiste en: 1. No dejar de la mano mi trabajo 2. Estar pendiente de lo que los otros necesitan y ofrecerles ayuda 3.Estar atento a quién me puede ayudar y tratar de que se de cuenta (si es posible sin decírselo).
Supongo que es bueno ser rico si es que gracias a ello te puedes desentender de las necesidades materiales y dedicar a temas más elevados. Lo curioso es que, según lo que se ve, el dinero debe de ser una droga muy adictiva que no deja espacio a ningún otro asunto.
Lo que llamamos verdad, solo es una acumulación de ideas, teorías o aproximaciones que nos han embutido o hemos aceptado para sobrevivir en un entorno que nos trasciende. ¡Qué pequeñitos somos!
Estoy tan preocupado por mi propio ombligo que a veces necesito que alguien me de un "capón" para despertarme.
Hay una cultura emergente -no sé hasta qué punto- llena de algunos ingredientes como creatividad, compromiso, dedicación, productividad, emocionalidad y sociabilidad que debería ser potenciada desde la educación más básica ya que lleva el germen de un posicionamiento muy poderoso.